Ice stars - Chapter 27 - KatnissSakura (2024)

Chapter Text

Los meses habían pasado, los entrenamientos para la obra ya eran cosa del pasado, los rumores y escándalos habían cesado y ahora cada atleta entrenaba con sus entrenadores y equipos en sus respectivas pistas; sin embargo, esto no significó que se separaran, al contrario, la comunicación y amistad se fueron fortaleciendo cada vez más, en especial con las patinadoras Ino Yamanaka, Hinata Hyuga y Sakura Haruno que, como habían prometido, continuaron en contacto y saliendo a pasear como las amigas que eran, llegando a involucrar a sus respectivos seres queridos tales para eventos especiales como cumpleaños, partidos de hockey (de los respectivos novios de 2 de ellas) hasta salidas casuales sólo por ocio, entre otras cosas…

.

.

—¡Ino, buenos días!

Saludó una entusiasta Hinata que, con su cabello recogido en un gran moño y lentes de sol se reunió con la rubia que, sentada en la banca de un parque, también estaba cubierta por una capucha y lentes del mismo estilo.

—Hola, Hinata… llegaste puntual.

—Sí, pero ¿por qué quisiste que nos reuniéramos aquí antes de reunirnos con Sakura-chan?

Ino se sobresaltó enrojeciendo un poco.

—Es que…

—Y además su departamento está muy cerca y…

—Sí, Hinata… ya entendí… sí, sé que se ve muy sospechoso todo esto, pero…

—Pero…

La patinadora rubia volvió a enrojecer.

—Es que… —miró a su alrededor para cerciorarse de que no hubiera un entrometido escuchando. —Quería comprobar algo…

—¿Comprobar algo?

—Hinata… ¿no notas a Sakura rara cada vez que salimos?

—Rara… ¿cómo?

—Siempre que nos vemos tiene esa sonrisa radiante, su rostro está siempre “resplandeciente.” —susurró como si fuera un secreto.

—Oh, sí… pero es que ella es muy feliz. —concluyó la Hyuga con una sonrisa.

—¡Hinata, no seas ingenua! —gritoneó la Yamanaka perdiendo la paciencia. —¡Ay, lo siento! Creo que eres muy inocente aún.

—¿eh? ¿qué… qué… quieres decir?

—Me refiero Hinata…—murmuró. —Creo que Sakura… con Sasuke… tú sabes… creo que ya pasaron a la cuarta base…

Al decir aquello la Hyuga se sintió hervir de pies a cabeza, sabía a lo que se refería Ino, no era tan ignorante como algunos pensaban.

—¿Ella… ella te lo dijo?

—No, pero era lo que quería comprobar porque… hasta sospecho que esos dos viven juntos.

—¡EHHHH! Pero…

—Sólo piénsalo, Hinata… Sakura ha llegado a insinuar que Sasuke se va muy tarde de su departamento, porque según están “estudiando”. —insinuó, haciendo unas comillas con sus dedos. — Excusa tan desgastada. Para mí que él ni se va y ni un libro han de abrir, pero es obvio que no nos contaría eso… después de todo creo que ambos están tratando de ser discretos ya que Sakura apenas tiene 17 y Sasuke 19, y bueno ella vive bajo la tutoría del entrenador Kakashi y todo ese enredo legal con sus padres y bla, bla…

—Pero… llevan muy poco saliendo, es decir… llevan siendo novios el mismo tiempo que Naruto-kun y yo…

—5 meses creo que son suficiente…

—¿Eh?... ¿en serio? Entonces Ino… ¿Sai y tú…

—¡Ay! ¡Por supuesto que yo no! —gritoneó la Yamanaka enrojecida. —Hablo en específico de Sakura y Sasuke… que hasta sospecho que empezaron antes de formalizar…

—Oh…entonces…

—¡Vamos a agarrar a esa picarona con las manos en la masa!

Hinata volvió a enrojecerse con tal idea y con la determinación de Ino que se notaba que quería llegar a como diera lugar al fondo de todo ese misterio, pero más se encorvó al caer en cuenta de que ella también tenía curiosidad, demasiada que comenzó a formular sus propias teorías.

—¡Andando Hinata!

La Hyuga aun con sus manos sobre las mejillas, caminó casi por inercia junto con Ino, dirigiéndose hasta donde estaba el complejo departamental donde vivía su otra amiga.

Llegando al edificio, ambas ya más calmadas, subieron por el ascensor y cuando llegaron al piso indicado, caminaron con sigilo hacia la primera puerta que correspondía a la de Sakura, ahí, como si fueran un par de ninjas, se colocaron a los costados de la puerta, juntando sus orejas en esta para tratar de escuchar algo si es que era posible.

Entonces se percataron de unos sonidos, un par de voces que rápidamente reconocieron como la de Sakura y la de Sasuke.

—Lo sabía, esa picarona… tan temprano y ya está con el novio. —murmuró Ino, atenta a los sonidos. —¿Qué estarán haciendo?

—Parece que sólo hablan… no entiendo lo que dicen. —murmuró Hinata, sintiéndose realmente avergonzada de estar invadiendo la privacidad de su amiga, pero la curiosidad era más fuerte que ella.

—Sí… parece que sólo hablan, pero…

“¡Ay, Sakura!… no, no, no, no…”

Y luego un peculiar sonido pareció resonar por dentro hasta fuera del departamento, un sonido “extraño” si se le podía decir así, y que dejó cohibidas a ambas chicas que sólo alcanzaron a ponerse de pie, completamente coloradas.

—Sasuke…—susurró Ino sin poder creerlo.

—Se rio… —terminó Hinata igual de sorprendida. —Jamás lo había escuchado reír…

—Ni yo. Es… muy bonita su risa…

Entonces, más ruidos del interior se escucharon y no aguantando la curiosidad volvieron a pegarse a la puerta.

“¿Así te gusta Sasuke-kun?”

“Ahhh… sí…, eres muy buena en esto…”

—Ay no puede ser… creo que esto ya es demasiado. —dijo la enrojecida Ino. —No debemos. Vámonos de aquí, Hinata…

Tomando la mano de la colorada chica de cabello negro, la rubia la arrastró hasta el ascensor, donde apenas llegando al primer piso se fueron huyendo como si hubieran cometido un delito, deteniéndose totalmente agitadas en el parque donde inicialmente se habían quedado de ver con Sakura.

—Ay dios… no puedo creerlo aún… y la risa de Sasuke…—se sonrojó Ino a no más poder, imaginándose demasiadas cosas censuradas en su cabeza. — esa Sakura… ¿qué le hará para que se ría así?

—Tenías razón, Ino. —susurró la Hyuga avergonzada. —Sakura-chan y Sasuke-kun…

—Sí… y, aunque lo imaginaba, estoy sorprendida… y también llena de dudas.

Hinata asintió concordando con lo mismo.

—Esa frentona picarona tendrá que decirnos todo…

—¡¿Eh?!

—sí, Hinata… ¿no tienes curiosidad? —cuestionó nerviosa. —¿no tienes curiosidad por saber cómo es? ¿qué se siente…?

—Bueno… yo…

—O es que acaso ¿Naruto y tú? —señaló picaronamente.

—¡No! ¿cómo crees?...

—No sé, también me dan vibras de ese tipo, en especial Naruto… cada vez que los veo lo imagino a él como el lobo feroz que va tras caperucita, o sea tú.

—¡No, Ino! Por favor. —se sacudió Hinata sonrojada. —Yo… él y yo… no…

—Ok, ok… no te acongojes, más bien relájate, aún falta media hora para que Sakura llegue, como “supuestamente” habíamos acordado.

Hinata resopló aliviada y se sentó en la banca, y mientras pasaba el tiempo ambas chicas hablaron de cosas diferentes, entre estos la visita que harían a una tienda de telas para ver opciones para sus respectivos trajes de patinaje y Hinata también que quería aprovechar la salida para buscar un regalo para su novio, pues el cumpleaños de este estaba a tan sólo un par de días.

—¿Y qué tienes en mente?

—Estaba pensando en una chaqueta, pero no tengo idea en dónde buscar, es la primera vez que le regale a un chico, específicamente a mi… novio. —dijo abochornada.

—Mmm… ya veo, si quieres le puedo preguntar a Sai para que me dé alguna recomendación…

—Si puedes, por favor.

—¡Hola, chicas! ¡Buenos días!

Entonces aquella voz resonó cerca de ellas.

Al escuchar la “alegre” voz de Sakura, tanto Ino como Hinata se volvieron al mismo tiempo hacia la recién llegada, notando inmediatamente en su amiga una sonrisa sumamente radiante, así como un brillo especial en su rostro.

—Ush… ese Sasuke Uchiha debe ser muy bueno en lo que hace para que la deje así… —masculló Ino entre dientes, sintiendo un poco de envidia de tan “perfecto” brillo que, según su madre, un momento especial con tu ser amado te podía dejar.

—Ya no puedo mirarla de la misma forma. —susurró Hinata, recordando espontáneamente lo que había escuchado en el departamento.

—¿Llevan mucho esperando? —preguntó Sakura, una vez se reunió con ellas, ignorante de lo que pasaba. —¿Por qué están tan rojas? ¿Tienen calor?

—¡Ehh nada, no pasa nada! —dijeron ambas al mismo tiempo, tratando de regular sus temperaturas y moderar sus reacciones.

—Sólo hablábamos… del entrenamiento y esas cosas… tú sabes. —inventó Ino, comenzando a avanzar para que las demás la siguieran.

—Oh… ¿y cómo van con eso?

—Pues ya sabes… el entrenador Asuma me sigue entrenando, aunque a veces deja a cargo a Shikamaru para atender cosas de la organización de su boda con la entrenadora Kurenai, porque bueno… a veces esta está entrenando con Hinata. —miró de reojo a su otra amiga.

—Ah, sí. —se sobresaltó ligeramente la aludida. —La entrenadora Kurenai… bueno ella… —se encogió un poco. —Dice que su prioridad es mi entrenamiento… eso está haciendo que no pueda acudir a ciertas reuniones con la organizadora de bodas y con el entrenador.

—Comprendo el motivo, Hinata, pero ¿en serio no se puede ni tomar un momentito para escoger las flores que quiere? El otro día el entrenador tuvo que llamarme para pedir mi opinión sobre ciertas flores porque la entrenadora no le respondía. Ni que decir que cambiaron su luna de miel hasta después de las olimpiadas.

Hinata volvió a encogerse avergonzada.

—No fue su intención, lo que pasa es que…

Silenciándose, la Hyuga rememoró algo que había ocurrido el día que reinició su entrenamiento, sólo unos días después de que la obra se había llevado a cabo.

.

.

Meses atrás.

—Bien, Hinata… empecemos a planificar tu entrenamiento para las olimpiadas. —dijo una animada Kurenai en medio de la pista con su alumna. —Creo que podríamos empezar combinando ciertas cosas como…

—¡Hinata, entrenadora Kurenai! —interrumpió de repente Hiashi Hyuga que, acercándose a la pista, hizo un ademán para que ambas mujeres se acercaran.

—Buenos días, señor. —saludó respetuosamente la entrenadora.

—Veo que ya van a empezar con el entrenamiento.

—Así es, señor.

—Bien, antes de que empiecen sólo quería comentarles algo. Como saben Neji, su compañera, así como su entrenador y el otro chico Lee vendrán a esta pista a entrenar; en dado caso de que esto se convirtiera en un problema para ustedes me gustaría que me lo hicieran saber de inmediato. ¿entendido?

—No creo que haya problemas, papá. —respondió Hinata, notando de cierta manera que a su padre no le gustaba la idea de que compartiera pista, al menos no con “muchas” personas.

—Tenía que comentarlo. La segunda cosa que quería decirles es que, entrenadora Kurenai. —miró a la mujer. —Pongo mi completa confianza a su experiencia, y así como lo hago espero que usted también se involucre al 100%, que su principal prioridad sea mi hija para que esta pueda ganar las próximas olimpiadas, y con esto me refiero a que no toleraré por ninguna circunstancia que se distraiga con cosas que no sean meramente mi hija.

—Papá…

—No, Hinata…—interrumpió la entrenadora, —Así se hará señor, me encargaré de Hinata DURANTE los entrenamientos, en los HORARIOS que establezcamos.

—Eso espero. —asintió Hiashi, notando claramente las palabras que la entrenadora resaltó. —Ahora si me permite, quisiera hablar con mi hija a solas.

Kurenai asintió, y dando otra respetuosa reverencia se retiró patinando hacia el centro de la pista, mientras que la menor se quedó con su padre.

—Papá… la entrenadora Kurenai se va a casar y…

—Precisamente por eso dije lo que dije, porque supongo que la organización de la boda será una distracción, mira hija, sé que la quieres y créeme que la aprecio, pero no entiendo por qué le dio por casarse antes de las olimpiadas y no después de...

—Es su vida papá, y la de su futuro esposo.

—Sí, eso que ni que… pero quiero advertirte algo a ti, Hinata… algo que quise decirte el día de la obra.

—¿eh? ¿qué?

—Comprendo que ahora tú también tienes novio, y que obviamente querrás pasar tiempo con él.

Hinata tragó saliva.

—Sólo te pido que priorices tus entrenamientos antes que tu relación.

—Papá…

—Te lo pido, ya accedí a que tengas novio, solamente pido que no se vuelva una distracción.

—No, papá. No pasará.

—Bien, y por último… ya que Neji estará ocupado en su respectivo entrenamiento y ya no te atenderá a ti, me veré en la necesidad de supervisarte.

—¿eh?

—Si algo no me gusta te lo haré saber y a la entrenadora. Creo que ya he sido muy complaciente en muchas cosas contigo, así que te pido seas reciproca. Eso es todo.

Dándose media vuelta el viejo Hyuga comenzó a retirarse de la pista, dejando a su hija boquiabierta con las nuevas “reglas” a las que ahora estaría sujeta.

.

.

—Hinata… Hinata ¡HINATA!

La aludida reaccionó sobresaltándose ante el grito de Sakura quien, caminando a su costado parecía analizarla con la mirada, lo mismo pasando con Ino.

—¿Te encuentras bien?

—Ah, sí… lo siento… es que tengo demasiadas cosas en la cabeza, y bueno…

—Sí, nos dimos cuenta… ya no terminaste de decir lo que ibas a decir…

—¿sí? Ah, es que… no es realmente tan importante, sólo eso, que la entrenadora Kurenai le está dando prioridad a mi entrenamiento, pero créeme, Ino. Ella está al tanto de la organización de la boda tanto como puede.

—Está bien. —musitó Ino, confiando en sus palabras más notando que su amiga al parecer ocultaba algo.

Sakura también notó aquel detalle; sin embargo, para no abrumar a la Hyuga con tantos cuestionamientos dio un disimulado carraspeo para continuar con la conversación que tenían, esperando que en algún momento saliera de la propia Hinata contarles lo que realmente pasaba.

—Ok… entonces, retomando… Ino… ¿entrenas más con el quejumbroso de Shikamaru? Ese tipo que, aun me sorprende, se atrevió a ¡rechazar! a la actual campeona olímpica: Temari Subaku.

—ay, sí… y ni le menciones eso, porque no pierde el momento para alardear de cómo la mandó a freír espárragos comentándole que, si realmente quería que él fuera su entrenador, tenía que demostrarle que era pésima patinadora y perder en las olimpiadas. —suspiró. —Yo creo que sólo la provocó y que yo ya me gané a una enemiga en cuanto comience la competencia.

—Ay, pues sólo hay que vencerla y ya… y de paso si pierde quiero ver si realmente Shikamaru la entrenaría. —rio Sakura, dejando ver de nuevo aquella “radiante” sonrisa que pareció deslumbrar a ambas curiosas chicas.

—Oye… ¿y tú por qué tan feliz? ¿Acaso pasó algo con Sasuke? —insinuó Ino, comenzando su plan no planificado para sacarle la información a su amiga.

Ante la pregunta, Sakura se sobresaltó enrojeciendo.

—Ah… lo vi ayer, después de que él terminó su entrenamiento del sábado, estuvimos estudiando un poco, luego vimos televisión, comimos algo y él se fue… —rio, rascando su cabello.

“Mentirosa” pensaron ambas chicas, notando lo picarona que era su amiga.

—Ah, sí… con que estudiando. ¿y qué? Si se puede saber.

—eh… pues que… —balbuceó Sakura nerviosa. —Estoy estudiando todas las materias del nivel superior para poder graduarme en diciembre, antes de las olimpiadas.

—¡Oh! Queda poco tiempo ¿verdad? —cuestionó Hinata, para horror de Ino que vio como inocentemente esta había desviado el tema de conversación.

—Así es.

—Me sorprendes Sakura-chan, yo muy apenas he podido concluir el primer nivel de estudios avanzados y tú ya vas a terminar el tercero.

—¡Eh! ¡Yo apenas estoy cursando el primero! —exclamó Ino, notando que, en cuanto a estudios, iba más atrasada.

—Bueno, es que… yo decidí adelantarme para poder presentar el examen de admisión a la escuela de medicina en la primavera.

—Oh, es cierto, tú vas a entrar en esa escuela, y ahora que lo pienso, eso quiere decir que… ¿te retirarás del patinaje? —consideró Ino de repente.

Sakura asintió con una sonrisita.

—Eventualmente así será, seguiré patinando, pero supongo que ahora lo haré por mero ocio. La escuela de medicina es muy demandante y pues… así son las cosas, estoy consciente de que no podía ser patinadora por siempre.

Tanto Ino como Hinata se sintieron melancólicas, reflexionando aquellas palabras y, pensando seriamente en su futuro, se cuestionaron ambas: ¿cómo es que se veían dentro de algunos años?

—Ustedes… seguirán en esto, supongo…

Comentó la de cabello rosa al verlas enseriadas, imaginándose igualmente que ellas en parte tenían su vida resuelta gracias a las familias a las que pertenecían; aunque por sus expresiones también creyó que no era tan fácil después de todo.

—Pues… la verdad es que sí, pero… ahora que lo pienso… toda mi vida ha sido el patinaje. —reflexionó Ino. —Sin embargo… si trato de proyectarme en cómo me veré, no sé, en 10 años, por ejemplo, no sé… como dices el tiempo de vida de una patinadora es corto, después de los 23 años difícilmente te consideran una candidata en las competencias y por lo que tengo entendido tienes que rivalizar más fuerte con los nuevos talentos nacientes y obviamente la condición física ya no es la misma al de una adolescente…

—Poco a poco ese tiempo nos alcanzará. —pensó Hinata en voz alta. — En cuanto a mí, ahora que lo mencionan, tampoco sé que haré con mi vida… en especial cuando no me dejan decidir en algunas cosas. —pensó para sí misma.

—Ay, pero ya… ¡no se angustien! Sé que encontrarán algo que las haga sentirse realizadas. —animó Sakura. — Creo que tienen mucho tiempo para pensarlo detenidamente y sin presiones, por ahora, creo que debemos enfocarnos en el presente y en las próximas olimpiadas. ¿no lo creen?

—Sí, creo que tienes razón. —reflexionó Ino, sintiéndose nuevamente animada. —enfoquémonos en el presente y en las olimpiadas.

Hinata también asintió, aunque no quitó del todo el dedo del renglón, estaba consciente de que también debía comenzar a planificar lo que quería de su vida en un futuro, en especial por la familia y el padre que tenía.

Dejando la conversación de los proyectos a futuro de lado, las chicas continuaron con su camino hacia la zona comercial de Konoha.

.

.

—Ah, por fin llegamos. —suspiró una aliviada Ino, bajando del vehículo privado que habían tomado para llegar a una famosa tienda de telas.

—Sí, justo a tiempo.

—¿A tiempo para que, Sakura-chan?

—Ah, es que, no les dije, pero invité a alguien más…

—¡Cuñadita! ¡por aquí!

Escucharon de repente las chicas, viendo que frente a la entrada a la tienda de ropa se encontraba una muy “sonriente” Izumi Uchiha.

—Como ella es diseñadora creí que nos vendría bien un poco de asesoramiento… ¿no lo creen?

—Ah… pues sí, no está demás…—musitó Ino, observando más allá de la “cuñada” de Sakura, notando cierta similitud que también compartía con su amiga.

—¿Llevas mucho esperando, Izumi?

—No, yo también acabo de llegar, hola, Ino, Hinata. —saludó la mayor dando una pequeña reverencia.

—Señora Uchiha. —saludaron también ambas chicas avergonzadas.,

—Ay, por favor, dejen las formalidades, por cierto… ¿Tenten no vino con ustedes?

—Le avisamos, pero ella dijo que prefería esperar a que Neji-ni la pudiera acompañar.

—Sí, con eso de que ambos deben estar de acuerdo con lo que deben de usar, prefirió no venir para no “enamorarse” según ella de algún color con el que al final su compañero no esté de acuerdo.

—Bueno, supongo que son las desventajas de patinar en pareja, si los dos no están de acuerdo, no funciona. —concluyó la Uchiha con esa sonrisita que tanto la Hyuga y la Yamanaka catalogaron como “deslumbrante.” —bien, entonces andando chicas, vayan y observen y en dado caso de que quieran una opinión con gusto se las daré… Sakura, si tú me permites te haré unas sugerencias, pero estoy abierta también a tus gustos.

—Sí, gracias.

Quedando el plan de por medio, las chicas ingresaron a la tienda comenzando un largo recorrido entre la infinidad de telas de todo tipo que había en el sitio; sin embargo, el cual poco a poco se vio reducido entre las opciones de tela que se requerían para el tipo de deporte que practicaban.

—La entrenadora Kurenai me recomendó que buscara colores más cálidos, dice que mis trajes siempre son de colores muy fríos, me dijo que podía cambiar ahora eso un poco. —comentó la Hyuga, levantando una tela que iba de color rosa melocotón que conforme más lo veía, más comenzaba a gustarle.

—¿Será algún efecto Uchiha o algo así? —musitó Ino, completamente ajena a la plática de la Hyuga y a las telas.

—¿Mmm?

—Es que sólo míralas, Hinata. —señaló esta con la mirada al par de “cuñadas” que muy felices hablaban entre sí a unos metros de ellas. —Esas sonrisitas, esos brillos en sus rostros… esos Uchiha sí que han de ser buenos en lo que hacen. ¿no lo crees?

—Creo… creo que… son muy felices…

—Ushh… la curiosidad me carcome… ¡no puedo! En cuanto terminemos aquí, le preguntaré directamente a Sakura.

Hinata sólo alcanzó a cubrirse el rostro con la tela, no podía con todo el bochorno que toda esa situación le hacía sentir.

.

.

Tiempo más tarde, después de enfocarse en las telas, pedir algunos consejos y también opiniones, las chicas terminaron con un par de muestrarios de las telas que les gustaron para que con eso pudieran tomar posteriormente una decisión.

—Espero haber ayudado, chicas, que tengan linda tarde, Sakura, me avisas cuando te decidas para comenzar a trabajar en tu respectivo vestuario. —se despidió Izumi, mientras subía a un auto.

—Sí, gracias por tu ayuda.

—¡Muchas gracias! —se despidieron igualmente Ino y Hinata de la Uchiha que, sin más, se despidió con la mano antes de que el auto partiera.

Sakura entonces se estiró, sintiéndose de cierta forma cansada.

—Tengo hambre… ¿quieren ir a comer algo?

—Preferiría hablar de algo primero —la señaló Ino de manera acusadora.

—¿Hablar? ¿De qué cosa?

—Tú sólo sígueme, necesitamos ir a un lugar más “privado”, Hinata, andando…

La Hyuga enrojecida, no protestó, sólo hizo caso y siguió a ambas chicas a sabiendas de lo que estaba por pasar.

.

.

—¿Este te parece un lugar privado? —preguntó la confundida Sakura, cuando fue obligada a sentarse en la banca de una amplia plaza que estaba rodeada de comercios como cafés o restaurantes.

—Ignora a los que pasan… y más bien enfócate a responder lo que te preguntaremos. —amenazó Ino desde lo alto, mientras que la Hyuga estaba encorvada a un lado de ella, pero también muy atenta.,

—pero… ¿qué hice? —preguntó la acusada.

—Más bien que no has hecho, picarona.

—¿Picarona?

—¡Sí! Responde… ¡¿desde cuándo te acuestas con Sasuke?! ¿eh? Y por acostarme me refiero a ¡SEXO, intimar, hacer el amor, el delicioso! ¡como quieras decirle!

—¡¿qué?! ¿Qué?!

—Y no mientas, que Hinata y yo te íbamos a sorprender en tu departamento por la mañana y escuchamos que estabas ahí con Sasuke haciendo no sé qué cosas…

—¡¿Qué ustedes qué?!

—No fue a propósito, bueno… es que teníamos curiosidad, Sakura-chan. —se justificó la enrojecida Hyuga.

—Sí, sólo eso… tenemos curiosidad. —se sentó finalmente Ino a un lado de su amiga y Hinata la acompañó sentándose del otro extremo, dejando a la abochornada Sakura de por medio. —¿cómo es? ¿cuándo empezaron? ¿Te gusta? Supongo que sí, porque siempre estás bien sonriente…

—¡¿qué?! ¡Ino! Creo que has visto demasiadas películas románticas.

—¡Ay, no me vengas con eso! Sakura, ya deja de fingir y mejor cuenta, cuenta…

Hinata también asintió un par de veces demostrando con su sola expresión cuan curioso era el tema para ella y para Ino.

—Chicas… no, ¡están locas! —declaró la enrojecida Sakura, levantándose, pero siendo obligada por ambas chicas a sentarse otra vez.

—No, señorita… no te dejaremos hasta que hables.

—Ay, ¿y qué? ¿tú me contarás si lo has hecho con Sai?

—Yo no lo he hecho con Sai, ni Hinata con Naruto… así que no tenemos nada que ocultar, pero tú…—la señaló. —Se te nota en toda la cara ¡pequeña traviesa!

Sakura se sintió hervir de pies a cabeza.

—solita te delatas, así que anda… dinos ¿cómo es?...

—¡NOOO!

—Ay, Sakura… es sólo una “inocente” conversación, además… ¿no te sientes con algo de responsabilidad?

—¿eh? ¿cómo responsable? ¿acaso soy tu mamá?

—No, pero siendo la única con experiencia… —señaló Ino con astucia a lo que Sakura tragó saliva. —Y siendo que quieres ser médico, ¿no crees que tienes algo de responsabilidad para orientar a estas inocentes niñas? —se señaló a ella misma y a Hinata.

—¿Inocentes? De Hinata lo creo, pero de ti…

—¡Oye! ¿Qué quieres decir frentona?!

—¡Lo que supongo te imaginas, Ino puerca!

—Chicas… no se peleen. —intervino Hinata. —Sakura-chan no nos tiene que contar si no quiere… pero si ella quiere… —insinuó avergonzada.

Sakura resopló al ver que, aunque se esforzaba por disimularlo, Hinata también quería enterarse de todo, entonces algo se le ocurrió.

—Okay… ¿quieren saber? ¿para supuestamente saber qué hacer?

Ambas chicas asintieron curiosas, lo que fuera con tal de saber.

—Bien, entonces acompáñenme… estás son las primeras consideraciones que tomar si han decidido ya tener relaciones con sus novios.

—¿Eh? ¡¿qué?! —exclamaron ambas chicas, viéndose repentinamente tomadas de la mano por Sakura quien comenzó a arrastrarlas hacia uno de los comercios que había alrededor, específicamente una farmacia.

.

.

—¿Qué hacemos aquí, Sakura-chan?

—Lo obvio, cuando van a tener sexo, lo más importante es cuidarse, por eso… ¡señor! —llamó ruidosamente al dependiente.

—¿Sakura, ¿qué haces? —cuestionó Ino comenzando a ponerse nerviosa.

—Ya les dije…—susurró esta.

—Sí, señoritas… ¿en qué puedo ayudarlas?

—¿Les podría recomendar a mis amigas cuales serían las mejores opciones de condones para sus novios?

—¡Sakura!

—Ay, ¿qué? No se quejen y mejor escuchen.

—Claro, tenemos de estos tipos…

Comenzó el dependiente a dar una catedra de preservativos en cuanto a textura, medidas, nivel de protección, entre otras cosas que ni siquiera se imaginaban, en sí en todo lo que debían considerar.

Para cuando terminó con la explicación, tanto Ino como Hinata estaban más rojas que un tomate fresco, y peor fue cuando el dependiente les preguntó cuales llevarían.

—Yo creo que con estos estarán bien. —seleccionó Sakura. —Son los que Sasuke-kun usa, lo que no sé es el tamaño, pero elijamos el más grande, ya saben lo que dicen… “mejor que sobre a que falte”.

Con tal comentario tanto el dependiente como Sakura rieron, mientras que Hinata casi se siente al borde del colapso, mientras que Ino quería que la tierra se la tragara, cosa que no se pudo, pues la atrevida de su amiga todavía las hizo pagar personalmente por los preservativos e incluso por las famosas píldoras del día después.

.

.

—Espero que hayan aprendido mucho el día de hoy. —se burló Sakura, una vez salieron de la farmacia.

—Esto ha sido realmente vergonzoso.

—estoy mareada. —musitó Hinata, sin poder más con el bochorno.

—Ay, pero querían saber ¿no?

—¡No esto! —refunfuñó Ino, sacando de la bolsita la caja de preservativos que recién había adquirido.

—Créeme Ino, como dicen… más vale prevenir que amamantar.

—¿no es más vale prevenir que lamentar? —corrigió la confundida Hyuga.

—Es lo mismo.

—¡Sakura, ya déjate de bromas! ¡esto no es... —se mordió los labios Ino, considerando que si bien la información que le habían dado era necesaria no era lo que había preguntado.

—No les voy a contar lo que pasa con Sasuke-kun…

—bueno, ya… pero sólo admítelo… si lo han hecho ¿verdad?

Sakura resopló de nuevo, y se encaminó de nuevo al pequeño banco en el que previamente habían estado sentadas, siendo seguida por sus amigas.

—Sakura-chan… —musitó Hinata, pensando que la habían hecho enojar.

—Sólo una vez… ¿está bien? —respondió Sakura finalmente.

Tanto Hinata como Ino se sentaron inmediatamente, esperando poder escuchar algo más.

—Y fue hace tiempo… de hecho, antes de hacernos novios…

—Oh… ¿cu-cuando? —preguntó Ino precavidamente.

—El día que ese tipo intentó matarme…

Ino y Hinata ahogaron un grito.

—¿recuerdan que Sasuke-kun me encontró? Pues… esa noche pasó…—se encogió de hombros. —fue espontáneo… simplemente pasó, y… no me arrepiento, pero… sí que creímos ambos que fue demasiado rápido, es decir, no éramos novios y luego pasaron otras cosas que me hicieron alejarme de él y bueno… ya saben esa parte de la historia.

—Oh, ya veo… entonces… ¿lo de esta mañana?

Sakura rio.

—bueno, para ser sincera… sí, Sasuke se queda a dormir a veces en el departamento, pero créanme que no pasa nada de lo que se imaginan, lo de hoy en la mañana es que con los entrenamientos que está teniendo con su hermano y el equipo termina muy adolorido de las piernas, así que le hago un masaje para relajarle los músculos,

—¡Eh! ¿Entonces era eso? ¿un masaje?

—Sí. —rio la patinadora. — Y es bastante cosquilludo si le toco las plantas de los pies.

—Ohhh…—musitaron las patinadoras, comprendiendo ahora el motivo de la risa.

—¿Y bien ya con esto saciaron su curiosidad?

Ambas chicas asintieron, si bien había otras cosas que querían saber, sabían que era ya algo más privado de lo que obviamente su amiga no hablaría.

—Bien, pues no queda más que decirles que ahora lo experimenten por cuenta propia con sus respectivos novios para que saquen sus propias conclusiones.

—¡Eh! ¿qué dices Sakura?

—sí, Ino… hazlo con Sai, y tú Hinata con Naruto… dale eso de regalo de cumpleaños, cumple en unos días ¿no?

—Yo… yo… yo… —comenzó a balbucear la Hyuga con su bolsita que guardaba aun los preservativos.

—¡JA! ¡Deberían ver sus caras! estoy bromeando… no me hagan caso, ustedes háganlo cuando se sientan seguras, y recuerden no pueden forzarlas si no quieren…

—Ah… ya mejor cambiemos de tema. —consideró la avergonzada Ino.

—Como quieran ¡vamos a comer! Muero de hambre…

.

.

Una vez que comieron y que el vergonzoso tema de conversación quedó de lado, las chicas se enfocaron en ayudar a Hinata, quien buscando un regalo para Naruto acudió a una tienda de ropa (sugerida por Sai) para buscar una chaqueta apropiada.

—Estoy entre la negra y la naranja…—observaba la Hyuga indecisa. —Me gusta la negra, pero…

—La negra es perfecta Hinata, creo que Naruto se vería más maduro, y vaya que ha cambiado mucho de aspecto desde que se cortó el cabello.

—Sí, dice que porque le estorbaba mucho la visión al patinar.

—Ja… caso contrario a Sasuke-kun que hasta se oculta detrás de su flequillo, ay, pero se ve tan sexy…

—Sakura-chan realmente está enamorada de Sasuke-kun…

—tanto como tú de tu Naruto, me pregunto si será lo mismo con Ino y Sai… —

Observaron ambas chicas a la rubia, la cual perdida entre unas prendas al parecer también buscaba algo que comprarle a su novio, cuando en eso notaron que alguien se acercaba.

—Oye, esa no es…

.

.

—¡Ino! ¿cómo estás?

—¡Shiho! ¡hola! ¿qué haces aquí? Es decir, no te veía desde que terminó la obra, pensé que habías regresado al instituto de artes dramáticas.

—Sí, pero me tomé el fin de semana para visitar a un familiar y también de compras y aprovechar las ofertas del otoño. —señaló el montón de bolsas que llevaba —pero ¿cómo has estado?

—Bien, aquí… acompañando a Hinata y a Sakura. —señaló a las chicas que se acercaban.

—ah, con que ellas están aquí también. —observó la mayor sin mucho afán. —¿Cómo están, chicas?

—Señorita Shiho… —saludó Hinata con una reverencia. —Un gusto.

Sakura sólo saludó con la mano, aun notaba que no le terminaba por caer bien a esa chica auto declarada como la fan numero 1 de su amiga Ino.

—¿y qué hacen aquí? En la sección de hombres.

—Hinata está buscando un regalo para su novio, y bueno, yo también estoy viendo algo para Sai, ya que cumple años en noviembre.

—Oh… ¿en serio? Tan encantador él, me lo saludas cuando lo veas.

—Seguro…

—¿Y ya se decidieron por algo? —observó las bolsitas que tanto Hinata como Ino llevaban.

Ambas chicas inmediatamente negaron con su cabeza, asegurando la bolsita que contenía los preservativos.

—Okay… yo después de ver aquí, iba a ir a tomar algo antes de regresar a casa, si quieren las invito, a las tres, claro, después de que se decidan que comprar…

—Ah… no Shiho, no queremos ocasionarte molestias.

—No es ninguna molestia, por favor… hay muchas cosas que quisiera contarte acerca del patinaje.

—Es que…

—Vamos Ino, no hay problema. —animó Sakura, para no desairar a la pobre chica.

—Ya me decidí yo también Ino, le compraré esta chaqueta a Naruto-kun.

—Bien, entonces después vengo a buscar algo para Sai… vamos Shiho…

—Excelente… van a ver que ricas bebidas preparan en ese lugar…

.

.

Una vez pagando todo, Shiho condujo a las chicas nuevamente hasta la zona donde se concentraban la mayor parte de restaurantes, bares y cafés, y mientras les iba explicando qué tipo de bebidas servían en el lugar, Ino se comunicaba rápidamente por teléfono con Sai para decirle que se había encontrado con Shiho y que irían a tomar algo, por lo que probablemente llegaría tarde con él, más tarde de lo que “secretamente” habían planeado.

Leyendo un “está bien, cuídate mucho” de parte de su novio, fue cuando repentinamente sintió un tremendo empujón y enseguida se vio despojada de su teléfono, siendo lo último que vio a un sujeto que se fue corriendo con este.

—pero… ¡qué! —gritaron Sakura, Shiho y Hinata pues en el acto también habían sido empujadas por el sujeto.

—¡Ese maldito me acaba de robar! —gritoneó Ino indignada.

—¡La bolsita! —exclamó Hinata espantada, pensando que se había llevado los preservativos,

—¡Ay, eso no! —volvió a gritonear la rubia enrojecida. —¡se llevó mi maldito teléfono!

—Ese idiota! —refunfuñó Sakura, poniéndose de pie para perseguirlo

Sin embargo, alguien le ganó en su afán de buscar justicia, pues una Shiho más enfurecida se fue tras el sujeto, gritándole de maldiciones y pidiendo ayuda a cuanta gente recorría el sitio, aunque nadie le prestaba atención.

—Ay, dios… está loca… le puede hacer daño. —dijo Sakura, comenzando a perseguirla también.

—ambas están locas. —pensó Ino, creyendo que ese individuo podía hacerle daño a cualquiera de las dos.

Hinata viendo que las tres se habían ido, hizo lo más sensato, fue a la caseta de policía que más estaba cerca para reportar lo que había sucedido.

Mientras tanto, a Sakura se le había perdido por un momento la asesora que, aun siguiendo al individuo se adentró junto con este en un callejón, sin embargo, cuando finalmente los alcanzó vio como estos forcejaban lo que finalmente culminó con el ladrón arrojando el teléfono para destrozarlo y posteriormente huir.

—¡Shiho! ¿estás bien?

—Sí, pero ese maldito. —observó la chica el teléfono.

En eso también llegó Ino, observando que tanto Shiho como Sakura se encontraban bien, lo único que se había perdido era su teléfono.

—Lo siento Ino. —se disculpó la asesora.

—por favor… esto se puede reemplazar… pero ustedes dos si que son atrevidas…. ¡no hagan eso otra vez!

—Ay, tú también estás aquí. —refunfuñó Sakura avergonzada. —¿Por qué no fuiste por la policía?

—Yo sólo puedo decir que me llené de adrenalina y coraje. —se justificó Shiho con una sonrisita apenada.

Ino resopló exhausta, y optó por ya no decirle nada más al par de tercas, en eso Hinata llegó con un oficial de policía que las llevó hasta la caseta para que se levantara un respectivo reporte.

Como figuras públicas (no reconocidas hasta que dieron sus nombres) las tres patinadoras tuvieron que quedarse con el oficial hasta que alguien pasara por ellas para evitar que se hiciera un escándalo, mientras que Shiho, siendo mayor que ellas, se retiró una vez que dio su declaración, quedándose de ver al menos con Ino para platicar otro día.

Pasados unos minutos, Sai, Sasuke y Naruto fueron los que llegaron por ellas, pues en algo habían coincidido al menos Ino y Hinata, si sus respectivas familias se enteraban de lo que había pasado, de seguro habrían armado un escandalo mayor, aunque se imaginaban que no se salvarían del respectivo regaño de sus novios que a la larga las persuadirían de decirle lo ocurrido a sus padres.

.

.

—Pero ¿estás segura qué estás bien Ino? ¿Ese tipo no te lastimó? —siguió cuestionando Sai, en cuanto llegaron al departamento de este.

—Sí, hombre… ya te lo dije… sólo me empujó, y pues mi teléfono…—volvió a contar Ino, sentándose en el sofá.

Sai resopló.

—Aunque no lo creas, me asusté cuando Sakura me llamó… inmediatamente pensé lo peor.

—Imaginaciones tuyas. —trató de minimizar Ino.

—Deja de hacer eso. —se sentó Sai a un lado de ella.

—Eh ¿qué? —se alteró, viendo la triste sonrisita de su novio.

—Pensar que no es importante, pensar que puedo minimizar mi preocupación sólo porque tú me lo dices…

—Sai… no es eso, es sólo que estoy bien, mírame…

—Sí, veo que estás bien, afortunadamente.

—Así es, así que, por favor, olvidemos esto por un momento, al menos hasta que llegue a casa y tenga que contarle a papá lo que pasó, porque es obvio que me verá sin teléfono. —pidió, recargándose en él.

—está bien, relájate… todo lo que quieras y… —tomó la bolsita que había visto no había soltado en todo el camino. —¿qué es esto?

—¿Mhnm? —musitó Ino, con ojos cerrados totalmente ida en el confort del pecho de su novio hasta que…

—Ino… ¿qué es esto?

—¿eh?

Entonces abrió los ojos de golpe, recordando la bolsita, la cual ya Sai había descubierto.

—¡Es una broma! ¡UNA BROMA DE SAKURA! —trató de justificarse, completamente enrojecida.

—Ah… con que eso… —rio Sai. —Entonces… ¿no quieres todavía?

—¿No quiero que? —repitió esta abochornada.

—Usarlos ¿qué más?

—Ay, Sai ¡no digas tonterías! —le dio Ino un golpe con un cojín.

—JA… bromeo, pero descuida, cuando quieras con gusto los usaré…

Ino se sintió desfallecer por tanta cosa que escuchaba, sin embargo, pronto comenzó a considerarlo, incluso sintió una especie de hormigueo que le recorrió el cuerpo, su corazón comenzó a latir con rapidez y entonces de su boca salió un tenue…

—Quiero…

—¿eh? —Sai de repente sintió como su novia lo sujetó de la camisa, y mirándolo con ternura, sólo afirmó con la cabeza. —¿estás segura? —preguntó ya dejando el tono bromista de lado.

Ino, aun enrojecida, volvió a asentir con timidez, y lentamente comenzó a retirarse su chaqueta sin saber muy bien como proseguir; en ese momento, Sai la detuvo momentáneamente y antes de que siguiera con lo que hacía la besó tiernamente para relajarla, para que de alguna forma las cosas fueran fluyendo con tranquilidad y naturalmente.

Hasta que finalmente pasó.

.

.

.

Mientras tanto en otro departamento.

—Lamento haber causado molestias. —se disculpó Sakura, una vez que llegaron al departamento de Sasuke que era el que más cerca quedaba del área comercial. —Sé que querías descansar el día de hoy.

—Descuida, lo importante es que estás bien, y que no les pasó nada a esas tipas también. Ya le avisé a Kakashi que te quedarás aquí. —respondió él, sacando un par de vasos y posteriormente vertió algo de jugo para su novia y agua para él.

—sí, igual yo. Gracias. —sonrió está ampliamente, aunque de repente rio al recordar algo.

—¿qué tienes? —preguntó Sasuke, dándole posteriormente un sorbo a su bebida.

—¿Sabes? Creo que Ino y Hinata escucharon cuando te di el masaje en la mañana.

Sasuke entonces escupió su bebida, completamente colorado.

—¡¿qué?!

—No sé que les dio por espiarme al par de chismosas, pero sí, querían comprobar si nosotros estábamos teniendo… ya sabes…—rio divertida.

—Ese par de locas… —refunfuñó el Uchiha con la cabeza baja de tanta vergüenza y apretando el vaso de tal manera que podía destrozarlo; hasta que de repente sintió como una mano se colocaba encima de esta, relajándolo por completo

Al levantar la mirada, entonces vio que ya tenía a Sakura frente a él, viéndolo con añoranza con sus enormes ojos verdes.

—Sakura… —tragó saliva, sintiendo algo extraño.

—Ha pasado tiempo ¿no?

Sasuke balbuceó sin saber cómo responder a eso.

—¿podemos?

Entonces esa inocente petición bastó para que el Uchiha se rindiera a los encantos de Haruno a quien sin más llevó a la habitación en donde habían compartido el lecho por primera vez, y en donde entre cosquillas y risas bajo las sábanas se unieron con mucha más libertad y naturalidad, sin miedos ni reproches.

.

.

Un par de días después, un 10 de octubre.

Después de un cumpleaños en compañía de familiares y amigos, Naruto Uzumaki se permitió terminar el día con su novia, con quien salió a pasear en su recién adquirido auto hasta el mirador más famoso de Konoha.

Estaba nervioso, y cómo no estarlo, si era la primera vez que compartía un cumpleaños con aquella persona tan especial, pero también lo estaba por lo que guardaba en el bolsillo de su también chaqueta nueva, algo que el gracioso de Kiba le había dado supuestamente como regalo.

“Úsalo con sabiduría” le había dicho el cretino.

Y aunque para ser sinceros, el rubio si quería hacer de todo con su novia; sin embargo, estaba consciente de que Hinata era bastante tímida, bastaba con ver como estaba sonrojada por sólo estar ahí con él.

“No, aguántate, respétala. Será hasta que ella quiera, incluso si tengo que esperar a que nos casemos, claro sí un día acepta casarse conmigo… porque yo sí quiero, aunque somos muy jóvenes aún y su papá de seguro…”

Y mientras él seguía con su monologo interno, era ignorante de lo que pasaba por la cabeza de la inocente Hyuga que se encontraba sumamente enrojecida, no sólo por estar ahí con su amado, sino por lo que seguía guardando cuidadosamente en su bolso desde aquella salida con sus amigas.

“Dale “eso” de regalo de cumpleaños.”

No dejaba de recordar lo que Sakura, bromeando, le había dicho, y por días lo pensó y pensó hasta que finalmente se decidió.

—Eh… Hinata, ¿no crees que el cielo estrellado se ve muy bonito? —señaló el rubio, tratando de hacer conversación.

—Naruto-kun… —se volvió ella hacia él con timidez.

—¿eh? ¿qué te pasa, Hinata? ¿te sientes bien?

—¡Naruto-kun, te amo! —fue lo único que alcanzó a gritar la Hyuga antes de lanzarse atrevidamente encima de él.

.

.

Más días después.

—¡Hola, chicas! ¿Listas para ir a grabar el promocional de las olimpiadas? —Saludó una recién llegada Sakura, notando inmediatamente (y picaronamente) los resplandecientes rostros y sonrisas en sus amigas. —¿qué es lo que han estado haciendo?...

Continuará.

Ice stars - Chapter 27 - KatnissSakura (2024)
Top Articles
Latest Posts
Article information

Author: Kareem Mueller DO

Last Updated:

Views: 6274

Rating: 4.6 / 5 (66 voted)

Reviews: 81% of readers found this page helpful

Author information

Name: Kareem Mueller DO

Birthday: 1997-01-04

Address: Apt. 156 12935 Runolfsdottir Mission, Greenfort, MN 74384-6749

Phone: +16704982844747

Job: Corporate Administration Planner

Hobby: Mountain biking, Jewelry making, Stone skipping, Lacemaking, Knife making, Scrapbooking, Letterboxing

Introduction: My name is Kareem Mueller DO, I am a vivacious, super, thoughtful, excited, handsome, beautiful, combative person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.